domingo, 19 de diciembre de 2021
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viernes, 12 de noviembre de 2021
LA FERIA Y EL MIEDO
LA FERIA Y EL MIEDO
Nací en un frío día de febrero de 1976, en una familia de feriantes. Era el tercer hijo; también estaban mi hermano “El mayor” y mi hermana “Susanita”, mi hermano me lleva 11 años y mi hermana 7, así que mis padres ya están curtidos cuando llegué yo. Toda mi familia era de la feria, tanto por la parte de mi padre, todos sus hermanos y mis primos, así como por la familia de mi madre. Allá hasta donde miraba en el árbol genealógico, todo era feria.
A mi no me ha gustado nunca la feria, pero sin embargo, siempre me he sentido atraído hacia ella, serán las raíces, no lo puedo evitar; no me gusta pero me atrae. Se podría decir que es un poco como una relación amor-odio.
Recuerdo de mi infancia que en verano siempre estábamos de pueblo en pueblo, una semana en un sitio, a la siguiente en otro o parado... Así durante todo el verano. Realmente los feriantes formábamos un pueblo. Recuerdo esas «misiones» que hacía con mis primos, nos hacíamos llamar «Los caza espíritus». Aprovechando las noches de feria, cuando la gente invadía el recinto ferial, nosotros nos adentrábamos en la oscuridad exterior, en las zonas abandonadas por la población. A lo lejos escuchábamos el bullicio de la feria pero buscábamos lugares oscuros, tenebrosos en la oscuridad, buscando aventuras y nos cagábamos de miedo. El equipo lo formaba mi primo Javi, mi prima Zori, nuestro amigo Jose Antonio y yo. Hubo aventuras para cagarse de miedo y que otro día igual os contaré pero de momento seguimos.
Me gustaría contaros como me adentré en el mundo de las novelas de terror y por la mano de qué autor.
En la feria de La Línea de la Concepción, sería por el año 1994, me compré mi primera novela de terror, La Muerte de Usher de Robert R. McCammon. Yo en esa época atendía «La pistita» (la pista de coches infantil) y en la taquilla leía el libro. Fuera de la taquilla el ruido y el bullicio era atronador, pero dentro de la taquilla yo conseguía aislarme y leer el libro mientras despachaba fichas, daba marcha y de vez en cuando miraba a ver si todos los niños estaban bien o había alguno tirado en la pista intentando que no lo pillaran. Así fue como conocí a Robert R. McCammon y como me cautivó, me cautivó su miedo, su estilo entre terror y fantasía.
Recuerdo una ocasión, estaba en la feria de Córdoba, en la taquilla del «Evolution» (atracción que pone a la gente boca-abajo) y mientras, estaba leyendo un libro de McCammon, no sé si era Muerte al Alba (uno de mis preferidos) o El Buque de la noche. El caso es que estaba tan metido en el libro, que en un momento mi padre entra en la taquilla y ¡pegué un bote del susto que me metió! Todavía lo recuerdo después de más de 25 años.
Las novelas de McCammon siempre me han atraído, las he ido leyendo entre años, hace poco leí Mary Terror, la había comprado 25 años antes y recientemente la encontré entre unas cajas «Mundo Azul». Ni sabía que lo tenía.
No me puedo despedir sin mencionar lo más importante que les robé a las ferias, mi mujer, aquella hamburguesera que me enamoró con su alegría y su comida (todo hay que decirlo). La conocía desde chico, formaba parte de nuestro pueblo que era la feria y casualmente empezamos a salir en la misma feria que años antes había empezado a leer los libros de McCammon, en la Línea de la Concepción. A la sombra del peñón nos pegamos nuestro primer beso y alegrías. Juntos abandonamos la feria años más tarde para formar una familia y emprender nuestra aventura juntos.
Nos sentimos orgullosos de haber sido feriantes, nos hemos criado de otra forma, en un pueblo medio nómada que vive de la noche y la alegría, decidido, trabajador y tenebroso a veces.
Y por último, ahora que me conocéis un poco más, ¿qué os parece si os digo que encontré un libro de miedo con el estilo del gran McCammon y que habla de la feria? ¿Puede haber algo que me atraiga más? ¡El feriante! ¡Por favor! ¡He caído en su trampa! ¡Me ha cautivado desde que lo vi! Desde aquí quiero dar mil gracias a los autores porque no solo han creado una historia increíble, sino que ya forman parte de las vidas de las muchas personas que la han leído.
¿Y tú? ¿Todavía no te has leído El feriante?
jueves, 4 de noviembre de 2021
GANADOR DEL SORTEO EL FERIANTE
Y el ganador del sorteo El Feriante en Halloween es...
MIGUEL ÁNGEL GARCÍA
Inspirado por el ambiente de la novela, nos ha hecho llegar unas fotos alucinantes de los autos de choque, fichas y tiqués de atracciones e incluso un vaso "ensangrentado" de Vinos Montroy.
lunes, 18 de octubre de 2021
¡SORTEO EL FERIANTE EN INSTAGRAM!
¿Quieres ganar un cheque-regalo de Amazon valorado en 25€?
Como El Feriante es una novela de terror y la noche
de Halloween se aproxima, queremos celebrarlo con vosotros, nuestros lectores. Vamos
a sortear un cheque regalo de Amazon valorado en 25 euros para que compréis lo
que queráis (¡faltaría más!).
¿Cómo participar?
El sorteo se hará vía Instagram y participar es muy sencillo. Solo hay que seguir las siguientes instrucciones.
- Sigue a los dos autores en Instagram. José (josereque1974); Raúl (raulreyes1983).
- Hazte un selfie con nuestra novela, ya sea en su formato papel o digital.
- Publica tu selfie en Instagram, etiqueta a los dos autores en tu foto, haz tu comentario pero asegúrate de que añades los siguientes hashtags en este: #elferiantelanovela #bookstagram #bookstagramespaña #libros #librosrecomendados #noveladeterror
- Aceptaremos fotos hasta el día 30 de octubre a las 23:00.
- El día 31/10/2021 revelaremos quién es la ganadora o el ganador en nuestro canal de YouTube.
- Contactaremos con el afortunado o afortunada vía mensaje directo y te daremos instrucciones para canjear el cheque-regalo para compras en Amazon.
- Participar en el sorteo implica aceptar las bases de este.
- Toda publicación que no cumpla los requisitos 1 a 3 no participará en el sorteo.
lunes, 27 de septiembre de 2021
EL FERIANTE: DOCUMENTACIÓN Y AMBIENTACIÓN
El 19 de abril de 2021 El Feriante vio la luz en formato digital y veinticuatro horas después lo hizo en tapa blanda. El proceso de elaboración de la novela fue tan largo como divertido. Sin embargo no es lo primero que he escrito. Tengo varios proyectos que desde la época de la universidad he guardado en cajones, esperando a ser retomados.
Esos proyectos tenían en común el hecho de que todos se podrían etiquetar como «novelas de fantasía épica», muy al estilo de los folletines que se publicaban en la revista Weird Tales en EEUU hace unas siete décadas o de las campañas de Dungeons & Dragons que solía crear para jugar con los colegas.
Si estas historias verán la luz o no, no es algo que quiero abordar en este artículo. Más que eso, quiero hacer hincapié en que cuando escribía esos relatos/novelas de fantasía épica tenía un sentimiento de total libertad a la hora de desarrollar los acontecimientos. Obviamente yo era amo y señor de aquellos mundos fantásticos y todo sucedía a mi conveniencia y según mis reglas.
Esto no significa que escribir fantasía épica sea fácil. En absoluto. Requiere mucha imaginación y mucha planificación. Hoy día, además, el género está muy extendido y hay auténticas maravillas en numerosos volúmenes. Reconozco que las autoras y autores de este género escriben obras maravillosas, de una gran potencia imaginativa, lo cual hace muy difícil cultivar este género y a la vez innovar a cada obra que intentes publicar. Solo he querido remarcar que el atractivo que tiene este género es que tienes total libertad de movimiento a la hora de escribir.
Cuando empecé a escribir El Feriante con José el 23 de abril de 2019, me di cuenta de inmediato de lo diferente que era escribir algo en el contexto histórico-cultural del año 1983. Obviamente toda esa libertad de la que había disfrutado escribiendo relatos de fantasía se fue de inmediato al garete tan pronto escribí el prólogo, donde mencionaba la enorme A de «Anarquía» dibujada en un muro del barrio de Can Franquesa. ¿Ese grafiti era previo a 1983 o era posterior?
Esto tan solo fue el principio de una larga lista de aspectos sobre los que nos tuvimos que documentar para vestir un thriller policíaco con el mayor realismo posible:
1. Grupos musicales de la época.
2. ¿Cuánto costaba una canción en un jukebox?
3. ¿Cuál era la mascota del UN, DOS, TRES por entonces?
4. Todos los grandes éxitos del verano del 83, que sonarían en las atracciones de feria.
5. ¿Pasó la vuelta ciclista por Santa Coloma el domingo 11 de setiembre de 1983, tal y como se menciona en el libro? (¡Sí!)
6. Coches utilitarios y coches familiares típicos de ese período.
7. Motocicletas más comunes entre la juventud de esa época.
8. ¿El Padre Nuestro se rezaba con los mismos versos que ahora? (¡No!)
9. ¿Cuál era el arma reglamentaria de la Policía Nacional?
En definitiva, una larga lista a la que tuvimos que añadir documentación sobre procedimientos policíales (agradecemos de nuevo a Beatriz Tomás, criminóloga, por sus aclaraciones sobre este campo). Por si esto fuera poco, también vimos varios documentales sobre la vida de los feriantes y leímos una extensa bibliografía sobre rituales de sangre y sectas.
Fue todo un proceso de aprendizaje en todos los sentidos. Al principio nos sentimos un tanto abrumados por tener que echar mano a tanta documentación pero en cierto modo nos ayudó a hacer que una historia como El Feriante parezca más realista.
Finalmente, y como escritores de ficción popular, nos tomamos las licencias necesarias para cumplir con las necesidades de la trama, aunque garantizamos que muchas de las referencias socio-culturales han sido lo más fieles posible.
RAÚL REYES
Créditos fotos: Canva.
martes, 31 de agosto de 2021
LOCALIZACIONES (1)
SANTA COLOMA DE GRAMENET
Hace años era algo que uno decía en voz baja, tras haber recibido ciertas miradas y soportado comentarios como «Ciudad sin ley» o «Chicos, mirad si todavía lleváis las billeteras encima». Son esas cosas que se hacen al ser joven y natural de un lugar que había adquirido cierta mala fama, de esa que dura a través de los años, aunque a finales de los 80 la ciudad era ya muy diferente a lo que había sido dos décadas atrás. Supongo que lo mismo le pasaba a todas las chavalas y chavales que salían de sus barrios para ir a estudiar fuera, en localidades donde al parecer el ratio de delincuencia, quinquis, y yonquis era mantenido a cero. «Soy del Carmelo», «Soy de Trinitat Vella», «Soy de Nou Barris», «Soy de Torre Baró», tendría un efecto muy similar en sus interlocutores al que tenías si decías «Soy de Santa Coloma» (o «Santako», como los oriundos venimos a referirnos). Esto te daba pasaporte con el sello de «garrulo» durante una buena temporada en la universidad. Pasaporte que tenías que borrar a base de excelentes en tus notas o veranos sin recuperar asignaturas. El respeto, chicas y chicos, es algo que te tienes que ganar. No va con la partida de nacimiento. También aprendí a hacerse respetar, manteniendo la cabeza alta, lanzando lo que denomino «la mirada de la muerte» y una actitud muy Manuel Villanueva (los que os habéis leído la novela ya sabéis a qué me refiero).
Ahora es diferente y me enorgullezco de haber hecho de mi ciudad parte del escenario de mi primera novela a cuatro manos con mi amigo José Requena. Algún listillo, llegando a estas líneas, estará pensando: «Sí muy orgulloso, pero, según consta en tu bio de la novela, vives en Terrassa». Ante este tipo de comentario suelo alegar: «Cuando buscaba vivienda con mi pareja, a principios del nuevo siglo, tenía un trabajo de profesor a media jornada y debía elegir entre un piso de 40 metros cuadrados por 200.000€ en Santako y uno de 90 metros cuadrados por 80.000€ en Terrassa. No tuve mucha opción».
Por otro lado admito que queda muy guay escribir sobre lugares en los que siempre «pasan cosas»; cualquier ciudad de Estados Unidos podría ser el escenario perfecto para cualquier novela de suspense, acción o terror como El feriante, ¿no? La gran influencia de la televisión y el cine norteamericano en nuestra cultura ha hecho que nos resulte difícil concebir que algo emocionante, terrorífico o incluso sobrenatural pueda suceder en nuestro país, en una ciudad que ni tan solo es capital de provincia o comarca. Sin embargo, José y yo lo tuvimos bien claro: nuestra historia tendría lugar en nuestras ciudades natales (Mataró y Santa Coloma de Gramenet), con algún otro suceso en Barcelona y Tarragona.
Algunos de nuestros lectores nos han comentado que lo que les gusta de El feriante, es la proximidad de los lugares y la cultura que contextualizan la historia y cómo hemos conseguido que un caso tan peculiar resultara convincente en un escenario tan cercano. Esos lectores pertenecen a una generación específica, pero es curioso que los de generaciones posteriores también hayan hecho el mismo comentario.
Muchos de los lugares mencionados en El feriante existen o han existido en la historia de Santa Coloma de Gramenet. Los bares, cervecerías y restaurantes mencionados (Bar/cervecería Victoria, Casa Pepe, El Cruce) todavía están en activo y sus platos siguen gozando de una buena fama. Otros, como el bar de la Plaza de la Vila donde los Villalobos, Sampedro y el padre Medina disfrutan de una mariscada, dejó de existir al hacerse la remodelación de la plaza, que no solo acabó con el restaurante y su terraza sino también con la circulación de vehículos y autobuses, como era el caso en el año donde transcurre nuestra historia. Otros restaurantes y bares colomenses todavía se pueden visitar, como es el caso de Casa Victoria, conocida anteriormente como Cervecería Victoria y que ahora es Nueva Casa Victoria. Podéis seguirlos en Facebook o mejor aún: ¡visitarla y degustar sus platos!
Tampoco podría haber comenzado la novela sin mencionar uno de los símbolos que, con el paso de las décadas, se ha convertido en uno de los más representativos de la ciudad: la A de anarquía pintada en uno de los muros del Barrio de Can Franquesa, a la vista de todos los que se acerquen a la ciudad. Si queréis saber más sobre este famoso graffiti, podéis visitar este artículo del periódico El País.
El colegio Pallaresa, donde Toñi Navarro trabaja, también es real, aunque en esa época el centro estaba dividido en dos; el colegio Juan XXIII, de currículo más español y el colegio Pallaresa, de currículo más catalán. He obviado este detalle en la novela, pues es un poco enrevesado y no ofrecía nada vinculante a la historia. Yo fui estudiante en el Pallaresa y doy fe de que el incidente del partido de fútbol y la muchachada animando a su equipo que se menciona en la novela es verídica.
La Iglesia Mayor y el Pasaje Jaume Gordi son unos de los escenarios
decisivos, por muchos motivos, y he intentado describirlos tal y como eran 38 años atrás con la mayor
precisión posible. La iglesia es una auténtica belleza arquitectónica. A continuación tenéis algunas fotos para que os hagáis una idea.
Entrada a la rectoría
Otro lugar que existió y que he recreado con muchísimo cariño en las páginas de El feriante ha sido la LIBRERÍA-PAPELERÍA GUERRERO, cuyos propietarios fueron mis padres. Durante años llevaron este negocio con muchísimo esfuerzo y trabajo para sacarnos a mi hermano y a mí adelante. Los personajes que allí aparecen (Pilar, Manuel, Manuel junior y Raúl) son reales. Es mi pequeño homenaje a mis padres y a toda una vida de trabajo y amor por sus hijos.
El ferial de Can Zam solía ser el lugar donde cada año se ubica la feria para la fiesta mayor de Santa Coloma, que tiene lugar el primer fin de semana de cada septiembre. Actualmente, desde 2014, tiene lugar el popular Rock Fest Barcelona y se puede llegar en Metro.
jueves, 19 de agosto de 2021
LA FERIA, UN GRAN POLO MAGNÉTICO
¿Vendrás esta noche a la feria? |
Muy bien. Teníamos una idea de los personajes principales, la trama, muchos temas...pero necesitábamos una argamasa. En alguna parte oí que el niño que fuimos muestra el camino a las personas que hoy somos, aunque en ocasiones no lo apreciemos así.
Durante los primeros compases, tanteamos escenarios como nuestros hogares, la escuela, etc pero si hubo un escenario con un magnetismo irresistible fue, sin duda, la feria. Mucho antes de los grandes parques temáticos, cuando los grandes referentes del ocio familiar, y el regalo más codiciado en nuestra comunión, eran los parques de atracciones (pienso, sobre todo, en los parques de Montjuïc y el Tibidabo en Barcelona), los niños contábamos con verdadera devoción los días que faltaban para que se plantasen en los barrios de nuestras ciudades, primero, y en las fiestas mayores, después, las ferias.
La feria, como tal, es un gran crisol que ofrece unas magníficas posibilidades narrativas. Tras varias animadas y divertidas charlas, Raúl y yo coincidimos en un punto que resultó capital en la creación de la atmósfera ferial de nuestra novela: la trastienda de la propia feria. Este fue el "disparador" de la historia. Partiendo de dos escenarios reales, Mataró y Santa Coloma de Gramenet, fuimos creando unos escenarios feriales inspirados, en parte, en nuestros propios recuerdos de las ferias de nuestra infancia. De entre los muchos recuerdos que atesoramos, hay uno que destacaba por encima de todos los demás: la figura del baturrico escanciando vino en el puesto de "Vinos Monroy"...
¿Casualidad? Cuando el primer borrador de la novela ya había acumulado bastantes páginas y la historia iba tomando forma, los recuerdos de las ferias de mi infancia cobraron vida. A finales de agosto de 2019, de regreso de unos días de descanso en Almería, mi familia y yo pernoctamos en Guadix (Granada), ciudad natal de mis padres y mi cuna familiar. Paseando junto a mis hijos y mi mujer, vi como un nutrido grupo de personas se afanaban en dejar a punto y poner en funcionamiento todos los bodegones, puestos y atracciones del recinto ferial que debía abrir puertas y dar inicio a la feria y fiestas de la ciudad al día siguiente. ¡Miel sobre hojuelas! ¡Una feria servida en bandeja!
Parada obligatoria |
martes, 10 de agosto de 2021
jueves, 5 de agosto de 2021
LOS PERSONAJES (3)
MANUEL VILALOBOS
lunes, 26 de julio de 2021
domingo, 11 de julio de 2021
ESCRIBIR: ¿QUÉ? ¿CÓMO? ¿CUÁNDO? ¿DÓNDE?
José Requena
Raúl Reyes
En la creación de El feriante José y yo convenimos qué debía pasar en ciertos momentos y en qué orden, sin embargo los hechos que había entre algunas de estas ideas eran auténticos enigmas. Así pues, nos pusimos a trabajar en el primer borrador jugando con esas ideas que nos venían a la cabeza, eligiendo cada uno las secuencias con las que trabajaría más cómodamente.
Considero que estoy dentro de la categoría «escritor de brújula», es decir, planeo poco antes de enfrentarme a la página en blanco. Trabajo alrededor de una idea que tengo en mente y voy construyendo palabra a palabra. No obstante, aunque no dedico mucho tiempo a establecer líneas argumentales, sí que lo dedico a perfilar personajes; creo que al final son los personajes los que realmente van desarrollando la historia, basándome en qué haría o qué diría tal personaje en las situaciones en las que se encuentra. Siempre sé cómo empieza una secuencia o un capítulo pero desconozco cómo va a finalizar; solo lo descubro al escribir la última palabra y eso hace que el proceso de creación sea absolutamente emocionante.
Suelo escribir cuando puedo, no me gusta agendar una afición, pues cuando por algún motivo no puedo dedicarle tiempo suelo acabar frustrado o cabreado (¡o las dos cosas!). La mayoría de veces escribo de noche, después de cenar, cuando nuestros hijos duermen y mi esposa y yo tenemos un tiempo para nosotros y nuestras aficiones. A veces tan solo reescribo algo que ya he hecho, otras veces escribo algo nuevo. Todo depende del humor y ganas.
Sin embargo no siempre he escrito en casa y por la noche. Algunas escenas de El feriante fueron escritas en la biblioteca de mi barrio, cuando acompañaba a mis hijos en una de sus múltiples visitas, mientras que otras fueron escritas en la cafetería frente a la escuela donde trabajo, en la hora antes de entrar a trabajar. Muchas otras, especialmente el último capítulo de la segunda parte y toda la tercera se escribieron durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19.
Escribo casi siempre en mi PC, aunque en ocasiones he llegado a escribir largas secuencias en un bloc de notas, a mano y pluma. Confieso haber escrito alguna parte haciendo uso del dictado a voz en mi móvil; una manera muy útil de registrar una idea que te viene de repente.
Siempre escribo con música. Elijo con mucha precisión los temas que van a sonar en concordancia de la secuencia que vaya a crear. Eso me ayuda enormemente a ambientar mucho más la historia. Al final de El feriante encontraréis un listado de canciones que aparecen mencionadas en la novela y, por otro lado, una lista de las canciones y álbumes que sonaron durante la creación de la historia. Hasta llegamos a hacer una playlist para escribir que transferí a mi antiguo iPod Classic.
Para mí, lo más emocionante de escribir a cuatro manos es cuando uno espera la reacción del otro después de leer una nueva incorporación y cómo uno puede aprender del otro durante el proceso.
Crédito de fotos: José Requena y Raúl Reyes.
martes, 6 de julio de 2021
¡Participamos en el Premio Literario Amazon Storyteller 2021!
MUCHAS GRACIAS A ESTEBAN NAVARRO, AUTOR DE UN AÑO DE PRÁCTICAS, POR SU GENEROSIDAD Y EL TIEMPO QUE HA DEDICADO A HACER ESTE MAGNÍFICO VÍDEO.
lunes, 5 de julio de 2021
viernes, 11 de junio de 2021
LOS PERSONAJES (2)
OLALLA SEGURA KARLSSON
Como en toda historia durante el proceso
de su creación, El feriante pasó por algunos momentos
de bloqueo en los que no sabíamos por dónde tirar, de la misma manera que
nuestros personajes principales, Agustín y Manuel, se bloquearon ante un caso
tan difícil como desconcertante. Fueron bloqueos muy cortos, pero angustiosos
en cierta manera.
Al finalizar mi contribución al Capítulo 19 de la Primera Parte, me vi
incapaz de seguir con la historia.
En aquellos días me encontraba con mis
hijos en Calella, acompañando a mi padre en lo que sería (sin saberlo) mi
último verano con él. Decidí no agobiarme y tomarme aquellos días para
disfrutar de la compañía de mi padre e hijos en aquella maravillosa localidad.
En uno de los múltiples paseos que hicimos nos metimos en un lugar de los que
ya quedan pocos: ¡una tienda de discos!
Tengo tres pasiones: mi familia, la
literatura y la tercera de ellas es la música, así que no lo dudé: entré y eché
un vistazo. De allí salí con un CD de The Rasmus (Black Roses), que mi
padre insistió en regalarme.
Tras escuchar el CD a lo largo de varios días, observé que las letras de
todas las canciones parecían tener una cierta conexión, como si de un álbum
conceptual se tratase. Eran como una historia de desamor cantada a lo largo de
diferentes temas. Aquello me dio la idea: necesitaba un nuevo personaje que
hubiese sufrido un gran desamor y tomara el Caso feriante como
una válvula de escape, de modo que le permitiera huir de una vida gris e
insulsa y sumergirse en una excitante aventura.
Sin embargo, no iba a ser nada fácil
incluir a un personaje nuevo en medio de la trama y hacerlo encajar sin que se
viera forzado. Así que después de darle varias vueltas revisé el manuscrito y
me fijé en la ayudante de Rosario Santos-Castillo: Olalla Segura. No es un personaje 100% inventado, sino una amiga mía a la que había invitado a hacer un "cameo" para ayudarla en un momento bajo. Creí haber
dado con la solución. Así pues, decidí darle una oportunidad a aquel otro
personaje femenino que en principio sido incluido para tan solo asistir a la
psicóloga y presentadora de televisión, como si de una secretaria personal se
tratase.
Todo un mundo lleno de posibilidades se
abrió para mí en aquellos momentos. Empecé a perfilar el personaje durante
numerosas mañanas de septiembre, en una cafetería frente a la escuela donde
trabajo, en los ratitos antes de empezar la jornada, con The Rasmus sonando en
mi portátil. Y así fue como Olalla Segura tomó protagonismo en El
feriante. Una mujer fuerte, decidida y que, harta de padecer mal de
amores, se sumerge en el trabajo y tira p’adelante.
Había conseguido, pues, introducir un sólido personaje femenino dentro de una historia llena de polis duros y con la suficiente testosterona en el ambiente para poder cortarla con un cuchillo y modelar. Necesitaba equilibrar la balanza e introducir a un personaje que fuera distinto y que a la vez fuese capaz de investigar el caso desde una perspectiva diferente. En definitiva: alguien que usara la sesera y el sentido común, pero que fuese valiente y decidida en la misma medida. ¡Bien!
Tuve que extender la primera aparición de Olalla con un texto más enriquecido y que tuviera impacto en el lector. Después de muchos intentos y de escuchar el tema Immigrant Song de Led Zeppelin. Fue todo un reto, pero creo que di con el tono y las palabras para poner en escena a un personaje clave y decisivo para la trama.
Así pues, y como he comentado, Olalla permitió desplazar el enfoque de la historia de un equipo de policías chapados a la antigua a un entorno mucho más personal, íntimo y cerrado. A partir de su aparición la historia fluyó sin problemas hasta su desenlace. Ella lo hizo todo mucho más fácil. ¡Gracias, guapa!
Raúl Reyes
domingo, 16 de mayo de 2021
LOS PERSONAJES (1)
AGUSTÍN SAMPEDRO
Una vez aguijoneados por el
veneno creativo, Raúl y yo comenzamos a diseñar y crear los que serían los
personajes principales que vertebran la historia.
Quizá por la familiaridad de
habernos tratado durante más de 25 años, pensamos que un binomio de dos
investigadores podría dar juego. El primer integrante del binomio en nacer fue
Agustín Sampedro. En nuestra imaginación, quisimos que Agustín fuese un
personaje cercano, y sin llegar a caer en las odiosas etiquetas, en un entorno
conocido que nos permitiese movernos en el desarrollo de la historia con
facilidad.
Para ello, utilicé recuerdos de
mi propia vivencia y decidimos situar la vivienda de Agustín en mi propio
barrio, el barrio de Cerdanyola en Mataró (no confundir con Cerdanyola del
Vallès, localidad con la que solo coincide en el nombre).
Con el ánimo de imprimirle más
facetas y aristas, Agustín sería lo que hoy en día es el pan nuestro de cada
día pero que en la época en la que se desarrolla la acción parecía cosa de
ciencia-ficción, casi. Esto es, un padre separado. Puede sonar ridículo, pero
así era.
Muy bien. Tenemos el nombre,
domicilio y unas puntas de la trayectoria personal de Agustín Sampedro. Desde
la génesis de esta novela, tanto Raúl como yo coincidimos en tratar de
concederles a nuestros personajes principales, una impronta muy personal.
¿Queríamos un investigador? Sí, pero con unos rasgos muy marcados y propios. De
ahí que Agustín, que pretendió ser militar de carrera por su inclinación a las
profesiones de armas, llegara a ser un policía bregado en la impagable labor de
la protección y servicio de los ciudadanos, aún a costa de pagar costosos
peajes personales, algunos de ellos dolorosos.
En cierta manera, Agustín huye, y
hasta se ríe, de algunos de los estereotipos de los investigadores de las
teleseries y películas, americanas sobre todo, a los que tan acostumbrados
estamos. Tengo que romper aquí una lanza por personajes como el inspector
Méndez, creado por Francisco González Ledesma, o el ya mencionado detective
Harry Bosch de Michael Connelly que nos hicieron pensar en personajes de una
intensa humanidad, con aciertos, errores y hasta remordimientos.
¿Y cómo es Agustín?
Agus es atlético, le entusiasma hacer deporte y estar en buena forma física, en oposición y contradicción directa a su afición por los Lucky Strike y es un apasionado del rock, en inglés y español, con el que martiriza a su clasicón compañero Manuel. You can't always get what you want! Le persigue una cierta aura de conquistador, a la que no reniega. Para su aspecto físico, nos inspiramos vagamente en la apariencia de unos jóvenes Pablo Abraira y Nick Nolte como punto de partida para Agustín y, todo junto, le otorga al personaje un cierto tinte de «guaperas» con buen fondo. Vamos, el amigo que todos hemos querido tener en algún momento porque salir con él incrementaba nuestras posibilidades de conocer más mujeres.
No obstante, es un enamorado de
su hijo Marcos, a quien quiere con locura, y, especialmente, de su profesión.
Como podréis ir descubriendo en
la lectura de la obra, Agustín es un personaje de largo recorrido, convertido,
en cierta manera, en un protagonista a su pesar.
¿A qué esperáis a enfrascaros en la lectura de El Feriante? ¡Sois bienvenidos!
JOSÉ REQUENA
Crédito fotos: Canva.