viernes, 12 de noviembre de 2021

LA FERIA Y EL MIEDO

El pasado 31 de octubre de 2021 realizamos el sorteo de El Feriante en el cual salió como ganador Miguel Ángel García, quien, por esas casualidades de la vida, descubrimos que él mismo había sido feriante.


 Movidos por la curiosidad contactamos con él y, aparte de hacerle entrega de su premio, le pedimos que, si era tan amable, nos pudiera explicar un poco de su vida en la feria. Miguel Ángel fue tan generoso que nos envió esta interesante autobiografía.

LA FERIA Y EL MIEDO

por Miguel Ángel García



Nací en un frío día de febrero de 1976, en una familia de feriantes. Era el tercer hijo; también estaban mi hermano “El mayor” y mi hermana “Susanita”, mi hermano me lleva 11 años y mi hermana 7, así que mis padres ya están curtidos cuando llegué yo. Toda mi familia era de la feria, tanto por la parte de mi padre, todos sus hermanos y mis primos, así como por la familia de mi madre. Allá hasta donde miraba en el árbol genealógico, todo era feria.

A mi no me ha gustado nunca la feria, pero sin embargo, siempre me he sentido atraído hacia ella, serán las raíces, no lo puedo evitar; no me gusta pero me atrae. Se podría decir que es un poco como una relación amor-odio.

Recuerdo de mi infancia que en verano siempre estábamos de pueblo en pueblo, una semana en un sitio, a la siguiente en otro o parado... Así durante todo el verano. Realmente los feriantes formábamos un pueblo. Recuerdo esas «misiones» que hacía con mis primos, nos hacíamos llamar «Los caza espíritus». Aprovechando las noches de feria, cuando la gente invadía el recinto ferial, nosotros nos adentrábamos en la oscuridad exterior, en las zonas abandonadas por la población. A lo lejos escuchábamos el bullicio de la feria pero buscábamos lugares oscuros, tenebrosos en la oscuridad, buscando aventuras y nos cagábamos de miedo. El equipo lo formaba mi primo Javi, mi prima Zori, nuestro amigo Jose Antonio y yo. Hubo aventuras para cagarse de miedo y que otro día igual os contaré pero de momento seguimos.

Me gustaría contaros como me adentré en el mundo de las novelas de terror y por la mano de qué autor.

En la feria de La Línea de la Concepción, sería por el año 1994, me compré mi primera novela de terror, La Muerte de Usher de Robert R. McCammon. Yo en esa época atendía «La pistita» (la pista de coches infantil) y en la taquilla leía el libro. Fuera de la taquilla el ruido y el bullicio era atronador, pero dentro de la taquilla yo conseguía aislarme y leer el libro mientras despachaba fichas, daba marcha y de vez en cuando miraba a ver si todos los niños estaban bien o había alguno tirado en la pista intentando que no lo pillaran. Así fue como conocí a Robert R. McCammon y como me cautivó, me cautivó su miedo, su estilo entre terror y fantasía.



Recuerdo una ocasión, estaba en la feria de Córdoba, en la taquilla del «Evolution» (atracción que pone a la gente boca-abajo) y mientras, estaba leyendo un libro de McCammon, no sé si era Muerte al Alba (uno de mis preferidos) o El Buque de la noche. El caso es que estaba tan metido en el libro, que en un momento mi padre entra en la taquilla y ¡pegué un bote del susto que me metió! Todavía lo recuerdo después de más de 25 años.

Las novelas de McCammon siempre me han atraído, las he ido leyendo entre años, hace poco leí Mary Terror, la había comprado 25 años antes y recientemente la encontré entre unas cajas «Mundo Azul». Ni sabía que lo tenía.

No me puedo despedir sin mencionar lo más importante que les robé a las ferias, mi mujer, aquella hamburguesera que me enamoró con su alegría y su comida (todo hay que decirlo). La conocía desde chico, formaba parte de nuestro pueblo que era la feria y casualmente empezamos a salir en la misma feria que años antes había empezado a leer los libros de McCammon, en la Línea de la Concepción. A la sombra del peñón nos pegamos nuestro primer beso y alegrías. Juntos abandonamos la feria años más tarde para formar una familia y emprender nuestra aventura juntos.

Nos sentimos orgullosos de haber sido feriantes, nos hemos criado de otra forma, en un pueblo medio nómada que vive de la noche y la alegría, decidido, trabajador y tenebroso a veces.

Y por último, ahora que me conocéis un poco más, ¿qué os parece si os digo que encontré un libro de miedo con el estilo del gran McCammon y que habla de la feria? ¿Puede haber algo que me atraiga más? ¡El feriante! ¡Por favor! ¡He caído en su trampa! ¡Me ha cautivado desde que lo vi! Desde aquí quiero dar mil gracias a los autores porque no solo han creado una historia increíble, sino que ya forman parte de las vidas de las muchas personas que la han leído.

¿Y tú? ¿Todavía no te has leído El feriante?




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