El feriante o la novela del «cuñao» - SEGUNDA PARTE

 

En el principio fue la Palabra

Y así fue.

Acepté gustoso el juego, mitad aventura, mitad desafío de ser capaces de crear una historia, palabra a palabra, que pudiese cautivar a cualquier lector pero, principalmente, que pudiese cautivarnos a Raúl y a mí. Sobra decir que, en esto de escribir a cuatro manos, Raúl y yo habíamos acumulado una cierta experiencia que se remonta a nuestros tiempos de la facultad, cosa que nos allanó el terreno. La ilusión y las ganas, después de tantos años, de poder trabajar juntos en un proyecto tan especial y emocionante hicieron el resto. A aquel pistoletazo de salida en forma de mensaje de Whatsapp:

"¿No te gustaría convertirte en un Michael Connelly en español?"

le siguieron infinidad de mensajes que bien podrían haber hecho las delicias de los creativos en nómina de Nike o Adidas. Como perlas, vayan estas:

"¿Y por qué no? Estoy convencido de que nos ponemos tú y yo a escribir y lo hacemos"

"¿A que no?"

"¿A que sí?"

 

Bueno, como en esto de ser amigos, Raúl y yo tenemos un doctorado, y no somo capaces de decirnos "no", nos pusimos manos a la obra en un día... especial: 23 de abril, día de Sant Jordi y Día Internacional del Libro. ¡Je, je! El día 24 de abril de 2019 recibí un mensaje:

"Oye, ¿lo de ayer era de verdad o era un calentón?"

¡Las vueltas que da la vida! Nuestro calentón, con sus caprichos, nos ha llevado a ser testigos de cómo muchos de nuestros lectores recibían su ejemplar de El feriante el mismo 23 de abril de 2021, dos años después de iniciar nuestra andadura.

Sin embargo, la localización de nuestra historia nos planteaba un reto mayúsculo. Si Harry Bosch, el grandísimo personaje creado por Michael Connelly, campa a sus anchas en Los Ángeles, Raúl y yo queríamos movernos con mucha soltura en un entorno adecuado en el que poder desarrollar con comodidad nuestra historia. ¿Qué dos escenarios podían ofrecernos esa posibilidad? Pues... dos lugares que conocemos bien. Muy bien.

Voilà! ¡Entran en escena Santa Coloma de Gramenet y Mataró! ¿Por qué no ubicar nuestra historia en nuestras propias ciudades natales? La idea nos sedujo desde el primer momento. Ya hay muchas y muy buenas historias desarrolladas en Nueva York, Sevilla o Madrid ¡Démosle la oportunidad a Santa Coloma y Mataró! Cualquier lugar, por recóndito o poco conocido que resulte, bien puede albergar una buena historia.

Bien, ya teníamos en nuestro haber un proyecto, las ganas de trabajar, una cierta trama a desarrollar y... ¿los personajes?

Muy pronto... una de personajes.

Jose Requena

Imágenes e ilustraciones: Manuel Reyes, Volta Disseny.